La AEE: ¿héroe o villano?

06.11.2011 00:00
 
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José I. Alameda Lozada Ph.D.
Catedrático
Departamento de Economía
Recinto Universitario de Mayagüez

Introducción

Las quejas e indignación de los residentes locales por el alto costo de la factura de luz no terminan y se han convertido en un Wall Street local. Una familia promedio en Puerto Rico que consumió en agosto del 2008 unos 700 kilovatios hora pagó $154; pero para el 2011 su pago se elevó a $203, ó un +32%. En este ínterin, el precio de barril en julio del West Texas Intermediate se redujo de $133.40 a $97.20, para un -27.1%. Esto es indicativo que los combustibles derivados del petróleo que usa la AEE –el llamado bunker y el diesel—no deberían ser más costosos hoy que en el 2008, pero sin embargo, la factura de luz es un 30% mayor. ¿ Por qué ?.

Las propuestas de bajar la factura de luz presentadas por el señor gobernador el 10 de octubre de 2011 vienen después de un tsunami de protestas y lamentaciones diarias de los clientes de la AEE. La propuesta es hacia bajar la luz hasta un 20% (eso lo veremos), mientras que desde el 2008 hasta el presente el aumento en las facturas han sido de 32% a aquellos clientes no subsidiados.

¿ La AEE como máquina de succión de ingresos  ?

Desde su formación en los años 1940, la Autoridad de Fuentes Fluviales (antiguo nombre de la AEE) fue una corporación vital para el desarrollo industrial y social de Puerto Rico. Sin embargo, a través del tiempo y al momento actual, esta corporación parece ser un lastre para el desarrollo y a todas luces se ha convertido en el villano de una película de terror al succionar ingresos de las empresas y los consumidores para su subsistencia y pagar a los bonistas.

Según las estadísticas de  American Public Power Association (https://www.publicpower.org) --que agrupa unas 2,000 empresas públicas de E.U. (incluyendo a Puerto Rico),-- la AEE aparece entre las primeras 100 empresas que generan el mayor nivel de ingreso bruto (Ver Tabla 1). La AEE ocupa el primer lugar con $3,700 millones, mayor que Long Island Power Authority; New York Power y Los Angeles Departament of Water and Power, para mencionar algunos. Sin embargo, esta distinción no es el resultado  de una mayor eficiencia  económica y sí de un cobro excesivo por kWh a los abonados. En la Tabla 1 se muestra que el ingreso (costo para los abonados) es 20 centavos por Mwh, mientras que el mayor posterior a la AEE es Long Island Power con casi 19 centavos.

En la Tabla 2 se evidencia los niveles de productividad para las primeras ocho empresas y se percibe que la AEE tiene el nivel más bajo que sus otros pares. Queda claro, entonces, que los ingresos brutos altos de la AEE son el resultado de un cobro excesivo por encima de sus niveles de eficiencia y productividad. Además se le añaden otros factores como la alta pérdida en su producción (energy lost and unaccounted) de casi $730 millones que el economista Sergio Marxuach del Centro de Nuevo Economía describió acertadamente.

El malo de la película: el ajuste por combustible.

La tarifa de la AEE tiene tres componentes: (a) tarifa o cargo básico; (b) el ajuste de combustible para recobrar los costos del combustible y la energía comprada a las cogene

radoras—Ecoeléctrica y AES. Antes de octubre de 1999, el pago por el servicio de la AEE consistía en tan sólo el cargo básico y el ajuste de combustible. En noviembre de 1999, la AEE propuso la revisión del ajuste por combustible para cobrar los costos llamados “avoided costs” que la AEE pagaría a las dos co-generadoras mencionadas y para el 28 de marzo de 2000 se realizó una revisión permanente para incorporar la compra de energía a las cogeneradoras como parte de los cargos a los usuarios.

En la Tabla 3 se muestran las partidas mencionadas con las proyecciones realizadas para la AEE. De esta manera, la AEE facturó unos $3,034 millones sobre la tarifa básica para el 2010; pero $2,556 millones eran de ajustes combustible y $768 millones de compra de energía. Estas dos partidas representan el 73% del pago total. El costo promedio por kWh fue 21.6 centavos, en donde ambos componentes mencionadas equivalen a 16 centavos.

Lo insólito es que las mismas proyecciones para los años 2011 a 2015, la proporción del ajuste de combustible y la compra de energía siguen aumentando de 73% a 76% (Ver Gráfica 1). Esto representa un cobro de sobre $17,600 millones.

 

Estimado de exceso de cobro

Por medio de una simulación económetrica, decidimos estimar cual sería el ajuste de combustible real entre 2008 y 2010, si se facturara de acuerdo al comportamiento del costo del crudo. La lógica fue:

Costo barril petróleo → costo del combustible AEE → facturación al cliente

A base de esta relación empírica establecida entre 2003 al 2007, llegamos que el ajuste de combustible debió haber sido menor entre 2008 a 2010. El aumento exceso en este ajuste de combustible suma los $1,987 millones (Ver Tabla 4). Aunque se debe reconocer que los costos de refinación los cuales pudieron aumentar para 2008, 2009 y 2010; los mismos no muestran ser tan altos como 26% a 39% del costo de petróleo. Hay algún elemento exógeno que par

ece inflar de forma extraordinaria los costos de combustible que adquiere la AEE durante 2008 al 2010.

De eliminarse el exceso del ajuste de combustible estimado y la compra de energía, el costo del kWh debió haber sido entre 6.4 a 8.7 centavos menor para los años 2008, 2009 y 2010 (Ver Tabla 5).

¿ Por qué se cobra en exceso ?

Un análisis de la información de estudio del economista Sergio Marxuach del Centro de Nueva Economía, Darkness Visible: A Financial Analysis of the Puerto Rico Electric Power Authority, junio de 2010 y los datos aquí estimados nos lleva a la siguiente conclusión. La cantidad que la AEE deja de cobrar por subsidios, créditos y tarifas especiales montan a unos $955 millones, por lo que el exceso cobrado del ajuste de combustible y la compra de energía llega a $1,200 millones. De esta manera,  la AEE logra cobrar lo perdido pero realmente succionando ingresos de la actividad económica.

Conclusiones

El análisis aquí realizado nos lleva a reconocer que la AE

E constituye una corporación pública que lejos de contribuir al crecimiento y el bienestar de la economía en el corto plazo, lo que ha hecho es succionar ingresos productivos de las empresas y consumidores. La AEE y sus proyecciones financieras hasta el 2015 presentadas aumentan significativamente la proporción del ajuste de combustible y la compra de energía, por lo que nunca consideraban reducir esta factura, no importa los esfuerzos por ahorrar energía de los clientes o el cambio hacia un gasoducto y el uso del gas natural.

 

El exceso de facturación para contrarrestar los subsidios

legislados parece crear una ecuación contraria a la productividad de la economía, máxime cuando se padece de una Depresión económica en la que estamos.

Fin

16 de octubre de 2011

Tabla 1 Las primeras 11 empresas públicas de energía Estados Unidos y territorios: 2009